jueves, 1 de agosto de 2013

Estar Sano es una obligación


Muchas veces cuando vamos al médico y nos comunican que tenemos una enfermedad, decimos que hemos tenido mala suerte porque nos ha aparecido la enfermedad. Pensamos que las enfermedades nos llegan porque sí, Y que la salud y la vitalidad es un regalo que unos tenemos y otros no. Cuando en realidad, generalmente, es el resultado de nuestros hábitos y forma de vida. El problema es que las enfermedades normalmente llegan mucho más tarde de lo que se originaron y, en ocasiones, ya es tarde para rectificar nuestro comportamiento o los factores que la crearon.


Para todos es sabido que existen factores genéticos que nos predisponen a casi todo en la vida, pero que desemboquen en una enfermedad depende de nuestro comportamiento y de nuestra actitud ante la vida.
Nuestro cerebro, que sabe muy bien lo que nos conviene, se esmera en enviarnos avisos constantemente advirtiéndonos de que el estilo de vida que llevamos no nos llevará a nada bueno, que debemos cambiar el rumbo y elegir un camino con un modo de vida saludable. Estos mensajes suelen ser en forma de dolores de cabeza, molestias en las lumbares, agotamiento, falta de energía, mal humor, insomnio, etc. Mensajes, y síntomas, a los que no hacemos ni el más mínimo caso, pero que debemos saber que no son solo avisos de enfermedad, sino que son ya la manifestación de la enfermedad. Si pasamos mucho tiempo empeñados en no hacer caso a estos mensajes, finalmente el cerebro nos manda una enfermedad grave para que cambiemos de vida diciéndonos: “Ahora vas a parar” ¿Por qué? Porque entiende que si seguimos con el ritmo de vida que llevamos, vamos a durar menos aún que con la enfermedad que nos envía. Lo malo es que muchas veces lo que hacemos es someternos a un tratamiento o a una operación, que lamentablemente no sirve para modificar estas conductas y continuamos con el comportamiento que generó la dolencia. Como consecuencia de ello, morimos antes de lo que debiéramos.

Escuchemos a nuestro cuerpo, tal como atendemos a nuestro coche cuando en el panel de control se encienden los chivatos del aceite o del motor; cuidemos a nuestro cuerpo porque nos tiene que acompañar durante toda la vida y toda la vida son muchos años.

Desde hoy, ahora mismo, tenemos la capacidad de cambiar nuestra forma de vida. Debe ser obligatorio hacer deporte, al menos una hora cada día; mejorar nuestra alimentación tomando antioxidantes, vitaminas y minerales. Esta práctica es indispensable a partir de los 35 años y desde mi experiencia personal puedo asegurar que para esto Vemma es el mejor aliado. Sólo les pido una cosa: pruébenlo y eso es todo.

La vida es un regalo que tenemos y compartirla con los seres queridos es una obligación que tenemos: salir a pasear, bailar, abrazar y reír es otra obligación. Como decía un amigo: “Sólo hay una manera de reír más, y es aprender a reírnos de nuestros propios errores, esto nos dará una fuente inagotable de sonrisas”.

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